Freitag, 29. September 2006

benjamin schreibt

walter benjamin in seinem berühmten aufsatz "die aufgabe des übersetzers" (man könnte einiges hieraus zitieren):

walter benjamin

wie nämlich die übersetzung eine eigene form ist, so läßt sich auch die aufgabe des übersetzers als eine eigene fassen und genau von der des dichters unterscheiden.
sie besteht darin, diejenige intention auf die sprache, in die übersetzt wird, zu finden, von der aus in ihr das echo des originals erweckt wird.

walter benjamin, die aufgabe des übersetzers

Mittwoch, 27. September 2006

josefs blog


vor kurzem habe ich an dieser stelle den text eines freundes veröffentlicht, der zur zeit als arzt in äthiopien arbeitet und täglich auf seiner aids-station dabei zusehen muss, wie ihm die menschen wegsterben. bisher hat er seine regelmäßigen berichte per mail an freunde und verwandte geschickt. ab heute hat er das ganze auch als blog.

nachrichten aus der wiege der menschheit.
als arzt in äthiopien. von josef nees.


ich kenne ihn sehr gut und bewundere das, was er macht. was er zu leisten imstande ist. den fokus. den willen. ich war vor jahren an dem tag dabei, als er für sich erkennen konnte, dass arzt zu sein, seine bestimmung sei. es war ein sehr besonderer moment und er hat sich mit großer konsistenz bewahrheitet. kaum ein mensch, den ich kenne, ist so bei sich wie josef.

es ist gut zu sehen, dass das gelingen kann.

Dienstag, 26. September 2006

interview mit morabito (teil IV)

seguimos con la entrevista que le hize a Fabio Morábito. Se ha publicado hasta el momento:

  • raíces y biografía
  • la traducción
  • poética


  • en este post se publicarán las últimas dos categorías

  • temas de su literatura
  • berlín


  • Temas de su literatura

    En su libro de cuentos más reciente, Grieta de fatiga, aparece el tema de lo picaresco, cuando narra la historia de dos anacrónicos caballeros andantes que, dandose cuenta de su singular antiguidad y decadencia, se absuelven de las reglas de su oficio para terminar matándose en rabia. ¿Acaso en estos dos caballeros andantes se refleja la noción del migrante, designado a seguir moviendose por la tierra, perdido en sus tradiciones, anacrónico a su alrededor?
    No lo había pensado. Puede que sí. Pero creo que el tema de fondo del cuento que usted cita no es tanto el anacronismo o el perpetuo deambular por la tierra, sino el desgaste de la materia, el deterioro de los objetos, la incapacidad del ser humano para dominar y controlar el mundo natural a su alrededor. Las armaduras de los dos caballeros se hacen pedazos, pierden tuercas a cada rato, se vuelven inservibles. Fue eso lo que inspiró el cuento.

    Los protagonistas de su prosa a menudo comparten con el “yo lírico” de su poesía una soledad y una cierta melancolía de extravío. Aún así, en su prosa trabaja este motivo con mayor humor, sutileza e ironía que en su poesía. ¿Por qué es así?
    Porque el humor y la ironía se dan más fácilmente en la prosa, supongo. Pero en la poesía aparecen pliegues más profundos de ese mismo tema.


    Berlín

    ¿Qué es lo que más recuerda de Berlín?
    Su aire plácido.

    ¿Ha cambiado su perspectiva hacia la Ciudad de México después de su experiencia de Berlín?
    Creo que mi perspectiva de la Ciudad de México cambia constantemente, con o sin Berlín. Es una ciudad en perpetua transformación. Cuando llegué a Mexico, en 1970, este país y esta ciudad me parecieron sumamente aburridos, y la sociedad mexicana una sociedad estancada. Pero el país ha cambiado mucho, cambia continuamente, a un ritmo mucho más acelerado que en Europa. En Berlín descubrí una suerte de ciudad ideal, capaz de reunir cierta placidez provinciana con la efervescencia de la gran ciudad, y también descubrí con gran alegría una sobriedad arquitectónica que la salva de la monumentalidad lo mismo que de un modernismo frenético, una ciudad de verdad habitable y respirable, con una identidad difusa, que no aplasta al individuo. En cambio, en la Ciudad de México, lo mismo que en Florencia o en Venecia, uno puede sentirse aplastado, aunque por razones muy distintas.

    En parte, También Berlín se olvida parece como una declaración de amor (quizás en algo: imposible) a la capital alemana. Sin embargo, el título se lee como un comentario a un pasado al cual no se puede ni se intenta volver. Con este libro, el título parece decir, mí capítulo de Berlín se cierra. ¿Es correcta esta impresión? ¿Cuál es su relación actual con esta ciudad? ¿Cómo se siente frente a la vuelta a Berlín que se va a efectuar en Octubre de este año?
    Sí, es una impresión correcta. Realmente yo nunca imaginé que podría escribir un libro, ni siquiera breve como el que escribí, sobre Berlín. Ha sido probablemente el libro que más me ha sorprendido de todos los que he escrito. Fue algo inesperado, un pequeño regalo del cielo. Volví después del libro, al Festival de poesía 2005, y fue un alivio comprobar que sigo amando a esa ciudad, y que el libro ya no me pertenece.

    En sus textos sobre Berlín se destaca una fascinación acerca del carácter inacabado, a menudo imaduro de esta ciudad, cuyo río no es un río y cuyas gruas no son una molestia, sino atracción para sus habitantes. De la Ciudad de México dice que parece más bien mancha, en nada concreto, difuso en sus bordes. En su poema No tener casa evoca la añoranza de una casa amorfa, de constante periferia, que cada día se inventa de nuevo. ¿Qué es lo que le fascina de estos lugares inacabados, sin orilla fija?
    Que todo está por hacerse, que se puede soñar.

    Muchas gracias por esta charla.

    Mittwoch, 20. September 2006

    revolution

    revolution

    neulich fand ich eine flasche
    in der wohnung,
    die war schon vor uns
    hier vergessen worden.

    über die jahre
    hatte man sie geleert:
    verschüttet, versoffen,
    zerkratzt, verstopft.

    nur selten noch fiel ein tropfen
    auf den billigen teppichboden.
    und stank dort.
    nach nichts.

    jetzt will ich sie zurückgeben,
    die flasche, war schon
    in supermärkten und tankstellen
    im getränkeladen und am kiosk.

    aber keiner will mir das pfand bezahlen.
    es heißt, sie wäre nicht von hier.

    Mittwoch, 13. September 2006

    brecht schreibt

    bei der lektüre von dietrich krusches monographie literatur und fremde bin ich auf zwei dinge gestoßen, die ich sehr bemerkenswert fand. zum einen: das wort EXZENTRISCH. es ist großartig. ex-zentrisch. ich hatte es noch nie so gelesen. ich hatte es, sozusagen, bisher noch nicht aus seiner fest gefahrenen, psychologisierenden semantik ex-zentriert.

    zweitens: ein kurzer text von brecht (sollte man wahrscheinlich kennen, aber ich wieder mal...lese, finde es toll und bin überrascht. für die anderen: entschuldigt den speckigen hut, von so vielen schon getragen). voilá:


    die frage, ob es einen gott gibt

    einer fragte herrn K., ob es einen gott gäbe. herr K. sagte: "ich rate dir nachzudenken, ob dein verhalten je nach antwort auf diese frage sich ändern würde. würde es nicht sich ändern, dann können wir die frage fallenlassen. würde es sich ändern, dann kann ich dir wenigstens noch so weit behilflich sein, daß ich dir sage, du hast dich schon entschieden: du brauchst einen gott."

    bertolt brecht, kalendergeschichten


    Dienstag, 12. September 2006

    Flaubert schreibt

    kürzlich stieß ich in einem interview der wiener stadtzeitung falter bereits auf dieses flaubert-zitat und lese es jetzt erneut in moras rede zu ehren von ingeborg bachmanns 80stem geburtstag. bachmann selber zitiert flaubert so, wenn auch leicht abgewandelt (bei ihr geht das recht verloren oder, wie mora vermutet: der trotz und heroismus) in malina, roman der bachmann, 1971 erschienen.

    im grunde fasst dieser gedanke den kern einer jeden um die darstellung der (menschenmöglichen) wirklichkeit bemühten künstlerischen anstrengung, hier: der literarischen. er benennt die quelle der motivation, besser: der notwendigkeit, welterfahrung (zeitgenössischer: lebenswissen) ästhetisch zu konkretisieren.


    avec ma main brûlée, j'ai le droit maintenant d'écrire sur la nature du feu.

    mit meiner verbrannte hand, habe ich nun das recht, über die natur des feuers zu schreiben.

    gustave flaubert, correspondance



    wer diesen satz googlet, stellt fest, dass es neben der bachmannschen und der von mora offenbar noch ein paar andere varianten dieses zitates gibt.

    Freitag, 8. September 2006

    interview mit morábito (teil III)

    continuamos después de una breve pausa con la entrevista que le hice a fabio morábito a través de correo (yo: alemania, él: méxico). hasta el momento se han publicado

    sigue:

    Poética

    ¿Le ocurre o ha ocurrido que escribiendo en español piense en italiano?
    Sí, a menudo.
    Su literatura se caracteriza por un rígido manejo de las palabras. Extensión barroca, intelectualismos, exceso de material se encuentra poco. Predomina un estilo filtrado y aclarecido, con la dicha intención de narrar, con el deseo de la palabra adecuada, la observación acentuada. Cómo lo logra, ¿es minimalista desde la primera frase o escribe primero y luego reduce?
    Por lo general mis correcciones tienden a la reducción, pero a veces a lo contrario. Como sea, frente al estilo deshidratado de ciertos autores como Raimond Carver, siento necesidad de más relleno, de más “humedad”. Admiro la concisión, pero hasta cierto punto.
    Usted escribe poesía muy respetada y cuentos con gran sutileza y eleganica. Qué es lo que le detiene a escribir su primera novela: ¿Falta de tiempo o de confianza?
    No tengo problemas de falta de tiempo, porque escribo todos los días de tres a cuatro horas. ¿Falta de confianza? Tal vez. El problema, sin embargo, creo que es otro. Se debe a los capítulos. Si uno no ha resuelto dentro de sí el problema de los capítulos, no puede escribir una novela. Uno debe aceptar que una historia puede estar formada por capítulos, es decir, que la historia puede saltar de un punto a otro, temporal y espacialmente, y a menudo esos saltos pueden ser muy grandes, abarcar años e incluso siglos. El arte de la novela estriba en saber saltar. Y yo soy de los que se pregunta: ¿qué ha pasado en el intervalo entre un capítulo y otro? En ese espacio de tiempo, incluso breve, que la novela pasa por alto, ¿cuántas historias no podrían haber surgido? ¿Qué ocurrió realmente en esos “huecos” de la narración? Tal vez, cuando aprenda a no preocuparme por esos huecos, podré escribir una novela.
    Su cuento “La luna y las ratas” me pareció de todos el que más se acercaba a la posibilidad de una novela. ¿Sintió la tentación?
    No, desde el principio sabía que esa historia era un cuento, fuera cual fuera su extensión.
    Acaba de salir el libro La ola que regresa, después de el verde más oscuro su segunda antología poética. ¿Qué es lo que se percibe más (en sus lecturas, en las reacciones, en las reseñas): su poesía o su prosa?
    Durante mucho tiempo se me ha considerado sobre todo un poeta. Creo que todavía prevalece este punto de vista. Sin embargo, algunos me conocen más como narrador. En cuanto a números de libros, prosa y poesía están más o menos empatados. Los dos géneros –cuento y poesía– me hacen falta con la misma intensidad.
    ¿Ha tenido que hacer ajustes a sus textos frente a las exigencias del mercado literario?
    No. Ser un poeta y un cuentista tiene sus ventajas: se venden pocos libros, pero no hay, por lo mismo, presión de ningún tipo. Los editores que me han publicado, tanto en México como en el extranjero, saben que conmigo no se van a hacer ricos.
    En su relato "El hombre del croissant" usted dice: “la verdadera dificultad de escribir se reduce en el fondo a encontrar las palabras del día, las que nunca fueron dichas hasta hoy y que mañana ya serán inapropiadas e irrepetibles”. En la edición alemana de su libro La lenta furia, se le cita con “En efecto, las historias ya han sido contadas todas. Uno sólo puede anhelar a resucitarlas, como un arqueologo que excava los esqueletos de los dinosaurios, que nada más esperan a ser limiadas de la arena para poder mostrar su maravilloso rostro.” ¿Cómo logra sentir que lo que usted ayuda a resucitar suena como suyo, suena original y no como una perpetua repetición de temas ya narrados por muchos? O mejor dicho: ¿Cómo logra sentirse original como autor?
    No me obsesiona la originalidad. Cuando termino de escribir un poema o un cuento, y me gustan, lo que menos me pregunto es si se parecen a otros ya escritos. En realidad pienso que, si me gustan, es que son genuinos, y no se parecen a ninguna otra cosa. Uno debe preocuparse por escribir cosas genuinas, no originales.

    Mittwoch, 6. September 2006

    proust schreibt

    da ich gerade eine magisterarbeit schreibe, in der ich mich unter anderem mit terézia moras roman Alle Tage beschäftige, führte mich meine auseinandersetzung mit den dort zahlreich vorhandenen, narrativen anachronien zum meister aller klassen: dem strukturalisten und proust-exegeten gérard genette. in dessen begriffsbibel Die Erzählung (2. auflage, 1998, münchen: wilhelm fink verlag, eine studienausgabe, übrigens, mit bemerkenswert schlechtem lektorat...überall satz- und orthographiefehler) geht es um die literaturtheoretische ausformulierung so entscheidender definitionsgrößen wie erzählung (discours), geschichte (histoire) und narration (récit), unter denen sich dann wiederum ein meer von begriffen tummeln, die sich grob in ordnung, dauer, frequenz, modus und stimme unterteilen.

    doch eigentlich wollte genette ja nur (nur!) prousts jahrhundertbuch auf der suche nach der verlorenen zeit auf seine für den modernen roman konstitutiven erzählverfahren hin untersuchen. folge für den leser: es wird ständig aus diesem mammutwerk (das ich natürlich, im gegensatz zum mutigen jochen schmidt NICHT gelesen habe) zitiert. eines dieser zitate hatte ich mir vor jahren schonmal angestrichen und finde es immer noch sehr, wie soll ich es sagen: erschütternd.


    jemanden 'wiederzuerkennen' und mehr noch, ihn, den man nicht wiedererkennen kann, dennoch zu identifizieren, bedeutet, unter einer gleichen bennenung zwei konträre dinge zu denken oder zuzugestehen, dass das, was vorher an dieser stelle war - das wesen, an das man sich erinnert -, nicht mehr vorhanden, das hingegen, welches man vor sich hat, ein uns bislang nicht bekanntes wesen ist; es bedeutet, dass man an ein fast ebenso verstörendes geheimnis wie das des todes denken muss, für das es im übrigen etwas wie eine vorrede und eine ankündigung ist.

    marcel proust, auf der suche nach der verlorenen zeit, s. 4044.